Descripción
Dos temas, comercio e industria, que, aunque distintos, han seguido un proceso similar en su evolución y a la vez como elementos característicos del panorama de nuestros pueblos, nos ocupan en este número 26 de Ador.
Pedro J. López Correas: «La economía del señorío de Épila en el siglo XVI».
Ante nosotros un amplio campo de estudio, la diversidad de aspectos económicos en la vida del señorío de Épila, y en la de todo el vizcondado de Rueda en general, es un hecho notorio y claramente constatado. Los cimientos económicos de la Épila del XVI (bajo la mirada atenta de los cuatro condes de Aranda que lo abarcó: desde Miguel a Antonio Ximénez de Urrea) se sustentaban en una economía autárquica, de autoabastecimiento, en la medida de sus posibilidades.
Desde la fabricación de pan hasta la realización de un traje a medida era posible en la propia villa. Y donde no llegaran los recursos de Épila aparecerían los mercaderes a modo de intermediarios. El epilense del siglo XVI sería un hombre fijado a su casa y a su tierra. Y será precisamente esta su principal medio de subsistencia y de dependencia…
José María Incausa Moros: “Apuntes sobre el comercio y la industria en La Almunia en 1870”.
La Revolución de septiembre de 1868 marca un antes y un después en la historia de España. La septembrina acabó con el régimen monárquico de Isabel II y daba comienzo a seis años en los que se ensayaron diferentes sistemas democráticos. Durante este “Sexenio Democrático” se produjo una revolución, un gobierno provisional, un sistema monárquico democrático al frente del cual estaba Amadeo de Saboya, la I República española democrática, que acabó con el golpe de Estado del general Pavía y con una república autoritaria. Todo terminó, algo frecuente en España, con otro golpe de Estado, el del general Martínez Campos, que hacía posible la restauración de la familia Borbón y el fin del sistema democrático en el sentido amplio.Todos estos acontecimientos se vivieron en La Almunia con gran intensidad…
Tras el triunfo de la Revolución de 1868, se formó en La Almunia una junta revolucionaria presidida por Manuel Roy Pérez e integrada por un grupo de propietarios de capacidad económica media, entre los que figuraban Domingo Lorén, Manuel Serrano, José Acha y Doménech y Pablo Marqués. La junta revolucionaria se transformó en un concejo o ayuntamiento que sustituyó al presidido por Juan Sancho, hasta entonces alcalde, y uno de los representantes más significados de la gran propiedad, y del que también formaban parte José Colmenares Sancho y José Contín Juan…
Fernando Cobos Sancho: “Comercio e industria en Valdejalón a comienzos del siglo XX”.
Hace poco más de un siglo el comercio y la industria en Valdejalón eran bien diferentes de cómo hoy los conocemos, sólo hace falta echar un vistazo a este artículo para ver cuánto hemos cambiado. Los datos que aquí se transcriben, correspondientes al año 19081, nos hablan de los comercios e industrias existentes en cada uno de los pueblos de la comarca y de su población en aquel momento. Lo primero que llama la atención es la significativa actividad comercial e industrial en los pueblos pequeños, bien porque por aquel entonces no eran tan pequeños, o porque al no haber tantos medios de comunicación era más necesaria la presencia de estos establecimientos en aquellos lugares.
Algunas actividades han desaparecido completamente o se han transformado: guarnicioneros, abacerías, hojalaterías, almacenes de carbón o alpargaterías son algunos de los ejemplos. Lo que hoy conocemos como bares en aquel entonces se diferenciaban en tabernas y cafés, y lo que hoy conocemos como hoteles eran entonces fondas, posadas y casas de huéspedes…
Luis V. Capmartín Sánchez: “La Azucarera del Jalón en Épila”.
La Ley del Azúcar de 1899 gravaba con un arancel de 85 pesetas cada 100 kilogramos de azúcar importado, mientras que el impuesto que gravaba el azúcar de fabricación española era de 25 pesetas. Las 60 pesetas de diferencia eran más que suficientes para estimular la producción propia. Así nació la Sociedad Azucarera Española, S. A., constituida en Madrid el 1 de junio de 1903. El proyecto había recibido el apoyo financiero del Banco Español de Crédito creado en 1902, al que se sumó el Banco de Vizcaya, constituido en 1901 y algunos financieros como el barcelonés Manuel Arnús. La sociedad consiguió la adhesión de unas 50 empresas azucareras, que reunían el 92 o 93 % de la capacidad de molturación nacional. Par poder fijar el precio era necesario que la nueva empresa dominara el mercado.
Y en este contexto general, la importancia de Épila fue innegable, construida la fábrica en 1904; por espacio de más de medio siglo supuso el 40 % de movimiento económico de la villa, en torno al cual giró la vida del municipio…
Cemex España Operaciones SLU: “Morata: la fábrica de cemento”.
La fábrica de cemento está situada a las afueras de la villa de Morata de Jalón (Zaragoza), al pie de la Sierra de Morata, en su ladera norte, al comienzo de la vega y dentro de la cuenca del río Jalón. Fue puesta en marcha en septiembre de 1932 por Cementos Portland Morata de Jalón, S. A., con una capacidad de producción de 60.000 t de cemento al año.
Fundada en 1906. CEMEX es una de las tres compañías cementeras más grandes del mundo con una capacidad de producción de 56 millones de toneladas de cemento al año. Tiene operaciones en 23 países y relaciones comerciales con más de 60 situados alrededor del mundo. A través de sus subsidiarias, ubicadas en tres continentes, CEMEX está enfocada a la producción, distribución, comercialización y venta de cemento, hormigón, premezclado, áridos y clinker. Es, además, la principal productora de cemento blanco y la mayor comercializadora de cemento y clinker del mundo…
Pilar Orna Almarza: “La industria textil en La Almunia de Doña Godina”.
La nueva fábrica textil de confección de la empresa Manfel, debe su firma comercial a la fusión de los nombres de los dos socios y a la vez cuñados Román y Rafel. Aunque no hemos encontrado documentos que lo acrediten, la nueva fábrica textil Manfel se encuentra ya instalada en 1936 en la Almunia, coincidiendo con el inicio de la Guerra Civil y su actividad industrial enfocada a ropa interior de algodón; las primeras pagas a los trabajadores se realizaron en la tienda de la familia Giral.
En 1963, en un momento de despegue económico y social, se encuentra el nacimiento de Almunia Textil S.L., vinculada a la crisis y agonía económica de la antigua fábrica Román y Rafel S.A., que se había transformado ya en cooperativa…
Asociación Cultural Barbacana de Calatorao: «El comercio tradicional en Calatorao».
Hasta aproximadamente los años sesenta del siglo pasado, en Calatorao, al igual que en todos los pueblos de Aragón, las comunicaciones no eran tan fluidas como en la actualidad, ya que sus habitantes no disponían de coches particulares que les permitieran viajar y desplazarse a Zaragoza o a los diferentes pueblos cercanos para proveerse de los productos que hoy podemos encontrar en los supermercados y en las mal llamadas grandes superficies, que en la actualidad están acaparando buena parte del comercio. Ello hacía que los productos básicos de alimentación, textiles, lencería o incluso herrajes y carpintería, se compraran en las diferentes tiendas de la localidad. Existía una oferta muy diversa de productos de la época que se ofrecían para quien los pudiera adquirir.
Los datos presentados en este trabajo proceden del estudio de los programas de fiestas de Calatorao en el intervalo de tiempo entre 1940 y 1980. También de entrevistas realizadas a comerciantes de la época y la propia experiencia aportada por los miembros de la Asociación Barbacana que conocimos este comercio en nuestra juventud…
Benito Moreno Embid, Carlos López Escolano: «Cien años de comercio en Ricla».
A lo largo de los últimos cien años, Ricla ha ido evolucionando en el comercio hasta llegar a los grandes supermercados que hoy conocemos. Ricla, en 1916 contaba con molinos de aceite, harineras, panaderías, vaquerías, tiendas de comestibles, cosecheros de vino…, todo esto fue el principio de lo que a partir de los años treinta sería un comercio floreciente.
Establecimientos como los Grandes Almacenes Pedro Vera, donde servían telas, confección, lanas, hilos, perfumes, muebles y hasta juguetes infantiles, no solo al pueblo, sino a toda la comarca. Tiendas de ultramarinos como las de Tomás Pena, Antonio López, Ambrosio Aznar y Nicolás Mosteo se hicieron famosas por sus especialidades en comestibles. Pastelerías como la de Francisco Grima, que aprendió el oficio de pastelero en la Casa Lac de Zaragoza, o la famosísima pastelería Fantoba, que nos llenó de buena pastelería, turrones y golosinas a todos los riclanos y pueblos de alrededor…
José María Gimeno Hernández: «La industria y el comercio en Santa Cruz de Grío a inicios del siglo XX».
En 1924 Román García Gárate, maestro nacional en Albalate del Arzobispo (Teruel), publicó una “Guía general de Aragón, Navarra, Soria y Logroño”. Nos dice que Santa Cruz de Grío tiene 1014 habitantes, pertenece al partido judicial de Calatayud y el viaje a Morés para coger el tren cuesta 3,25 ptas. en el coche correo. Tenemos una industria local de elaboración de vinos, aceites, alcohol y exportación de frutas. También una agencia del Banco Hispano Americano que la lleva Daniel Sánchez. Esta publicación sigue el modelo que años antes habían establecido los señores Bally, Bailliere y Riera para sus Anuarios Generales de España en tres volúmenes.
De tres establecimientos se va a hablar por distintos motivos: de la carpintería, donde se encontró una bolsa de papeles en el basurero; de la tienda de Urbano Jimeno, personaje del que se encontraron expedientes de responsabilidad política y del que los actuales propietarios de su casa conservan alguna documentación, y por último, los obradores de alfarería del tío Garapito…
Ángel Morales Salas: «Negocios y comercios en el barrio EUPLA/ Salesianos de La Almunia (Desde mediados de los 60 hasta la actualidad) «.
En las siguientes páginas vamos a encontrar un trabajo de recopilación de los diferentes negocios que hubo y hay en un barrio de La Almunia, que entre otros muchos nombres hemos designado como el de “EUPLA-SALESIANOS”, pero que antaño no era así, la cava limitaba el casco de La Almunia y, a partir de ahí, era el extrarradio. Establecimientos y negocios situados en la carretera N-II se nos antojaban lejísimos aunque solo estuvieran a unos cientos de metros de la Puerta Calatayud…
José Luis García Serrano: «Mi calle (tiene) tenía…».
El autor recorre su calle, testigo de su infancia, pero no la reconoce; algunas casas han caído, otras han sido remodeladas y todas han perdido esos escaparates, esas puertas que daban entrada a pequeños comercios y tiendas que, a su vez, daban vida a uno de los ejes más importantes del casco antiguo, 223 pasos desde la plaza de España, epicentro de La Almunia, hasta la esquina de San Diego.
No conoce a nadie y nadie le conoce; piensa en lo que fue, pero es consciente, por si tenía dudas, de la imposibilidad de volver a un tiempo que ya no es. Se le antoja más corta y más estrecha, y no entiende ahora cómo se podía estar pateando un balón contra la pared y hacerlo durante más de una hora…
Lierni García Orbegozo: «El comercio en la calle Rosario: Un recorrido por el tiempo».
El comercio en los pueblos es un punto de reunión entre vecinos y visitantes donde se intercambian conversaciones, cotilleos y confesiones; donde se conoce a los forasteros y las buenas nuevas de cada semana. En La Almunia del siglo XX uno de los ejes comerciales era la calle Rosario, que se ubica en el centro del pueblo, y a la que acudían vecinos de otras calles para hacer la compra. Tal y como le han contado “en esta calle comprabas fruta, pescado, carne, pienso para los animales, regalos para los cumpleaños, albarcas para el día a día y hasta ataúdes”…
Javier Jimeno Bosqued: «Donde se habla de la industria y el comercio alpartirense: temas tangenciales».
En aquel Alpartir, más agrario que agrícola, sus gentes todas, incluidos algunos terratenientes de secano con ínfulas, pertenecían a aquel campesinado, vinculado a sus campos desde siempre, solariego de ellos, sujeto al azadón y al timón del arado romano, que alternaba su indeciso jornal con los trabajos que demandaba su predio personal, históricamente cereal, viñedo y olivar, cultivos estos cuyos símbolos fueron incluidos de relleno, como bisutería heráldica, en el nuevo escudo municipal.
Temas tangenciales pues, consustanciales histórica y sociológicamente con nuestra ruralidad y todo lo demás; para constatarlo no hace falta remontarse a los tiempos aldeaniegos, viejos años donde vivir era eso, sobrevivir; ya en nuestro ayer y anteayer, tiempos idos llenos de miedos y oscuridades, la memoria posbélica de aquella guerra incivil conserva latentes sus pulsaciones, llenas de recuerdos y olvidos, cuyas tiendas, pomposamente de ultramarinos, lo eran ultraaldeanas y tan condenadamente breves que lo más sobresaliente era aquí aquel imprescindible cubo de sardinas rancias que las presidía…
Francisco Javier Bravo Quero: «El comercio de ayer y de hoy en Épila».
El período de referencia al que se referiere para este artículo está comprendido entre los comienzos del siglo pasado hasta nuestros días. En este espacio de tiempo podremos ver la incidencia que ha tenido en la población y por lo tanto en el comercio e industria, acontecimientos tan importantes como la instalación de la Azucarera del Jalón en 1904, después cambió su nombre por Azucarera de la Compañía de Industrias Agrícolas, CIA, y su cierre en 1969, la Destilería del Jalón, la fábrica de Harinas De la Parra, la guerra civil, los duros años de posguerra, el comienzo de la época democrática y la participación en la Unión Europea. También veremos que el paso de los años y los avances tecnológicos van dejando atrás algunos oficios, actividades y costumbres para dar paso a nuevos establecimientos y nuevas formas de comercializar los productos…
Grupo de Historia del CPEA La Almunia: «Cuando se iba a la compra por el casco antiguo de La Almunia».
Ya hace años, bastantes años, las calles de La Almunia eran un hervidero de gente que, a cualquier hora del día, hacía sus compras diarias. Cada bajo de cada casa era una puerta abierta en la que se podía encontrar cualquier producto, incluso ultramarinos finos, pescado fresco todo cubierto de hielo envasado en cajas de madera, telas para hacer cortinas o vestidos, carnicerías, ferreterías, tiendas de chucherías y así un largo etcétera que hoy, por desgracia, han desaparecido o, mejor dicho, han cerrado sus puertas porque ya nadie pasa. En realidad, no sabemos si se han cerrado porque nadie pasa o porque nadie pasa, han cerrado…
José Luis López Casamayor: «El nuevo mercado de Almonacid de la Sierra».
La idea de un nuevo mercado surgió, como la mayoría de estas cosas, por la necesidad de un mayor espacio físico, con el fin de realizar las gestiones de compra y venta de los diferentes productos de consumo que se ofertaban por y para el vecindario de la localidad. El anterior espacio para una población atendida, mayor de 1900 vecinos, había quedado pequeño y estaba situado en el punto neurálgico del casco antiguo en la llamada plaza de la Constitución, también llamada “plaza Pequeña” y en la que además se ubicaba el Ayuntamiento de la localidad…
José Lasarte Gómez: «Fotos para el recuerdo».
¡Cuántas empresas, grandes y pequeñas; cuántas tiendas, establecimientos y comercios ha habido y han sido en La Almunia! Si echamos el recuerdo, más que la vista, atrás, con cierta perspectiva temporal, nos vienen a la cabeza aquellos quioscos, tiendas a pie de calle o bares que han desaparecido, pero que permanecen en nuestra memoria.
Pero la memoria puede fallar y olvidar aquellos lugares y personas que un día fueron y estuvieron… ¡no importa! Si rebuscamos en esas pequeñas cajas metálicas de bombones o en sobres olvidados en el fondo de los cajones o en repisas cubierta de polvo, encontraremos esas fotos que alguien, que no recordamos, hizo en algún momento especial o cotidiano y que rescatan aquel instante que nos permite revivir lo que fue y que ya no volverá a ser…
ISSN: 1136-7873 2022